DEPRESION

07/10/2011 18:53

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Un caso típico de Depresión

Para María cada día es una nueva batalla para lograr seguir adelante. Muchos días no tiene ánimo suficiente ni siquiera para levantarse de la cama y cuando su marido vuelve a casa por la noche la encuentra todavía en pijama y con la cena sin preparar. Llora muy a menudo y hasta sus momentos de mejor humor se ven continuamente interrumpidos por ideas de fracaso e inutilidad. Tareas tan insignificantes como vestirse o hacer la compra le resultan muy difíciles y el menor obstáculo le parece una barrera infranqueable. Cuando se le recuerda que todavía es una mujer atractiva y se le sugiere que salga a comprar un vestido nuevo contesta, "esto es demasiado difícil para mí, tendría que atravesar la ciudad en autobús y probablemente me perdería, además ya no soy atractiva".

Su forma de hablar y de andar es lenta y su rostro tiene un aspecto triste. Antes era una mujer vivaz y activa, colaboraba en asuntos sociales de su barrio, le gustaba leer, pintar y era una anfitriona encantadora. Entonces ocurrieron dos cosas: Su hijo empezó a ir a la escuela y su marido fué ascendido a un puesto de gran responsabilidad que lo obligaba a permanecer demasiado tiempo fuera de casa.

Ahora ella languidece pensando si merece la pena vivir y ha jugado con la idea de tomarse todo el frasco de sus píldoras antidepresivas de una sola vez.

La indefensión como posible causa de la depresión

En el caso anterior hemos visto aspectos de la indefensión humana típicos ante la depresión, pérdida del ánimo, llanto incontrolado, ideación de ruina, pérdida de interés y pensamientos suicidas. Estos son una parte de los síntomas variados que acompañan a los estados depresivos. La depresión es a la psicopatología lo que el catarro a la medicina; nos afecta a todos, pero en mayor medida a las mujeres (la proporción es de 3 mujeres por cada hombre) aunque la mayor incidencia de suicidios consumados corresponde a los varones. La prevalencia es mayor en mujeres casadas que en solteras. Se ha demostrado que las mujeres reaccionan de forma más ansiosa que los hombres frente a las situaciones conflictivas de la vida.

Seguramente comprendamos el caso de María porque en uno u otro momento todas nos hemos sentido con el ánimo deprimido. Nos sentimos tristes; cualquier pequeño esfuerzo nos cansa; perdemos el sentido del humor y las ganas de hacer hasta aquello que normalmente más nos entusiasma. Pero dichos estados de ánimo suelen ser transitorios y al poco tiempo han remitido. Sin embargo, cuando hablamos de depresión con la gravedad que impone dicha etiqueta este estado se instaura permanentemente en nosotras como si poco a poco fuéramos sumergiéndonos en un pozo sin fondo del cual nos és imposible salir.

La mujer deprimida percibe a menudo fuertes sentimientos de aversión hacia sí misma; se siente inútil y culpable de sus insuficiencias. Pueden comenzar a producirse ataques de llanto, pérdida de peso e insomnio. La comida no sabe bien, el sexo no resulta excitante y se pierde todo el interés por la gente afectivamente ligada a ella. Esta mujer deprimida puede empezar a tener deseos suicidas. A medida que sus intenciones se hacen más serias, las ideas esporádicas se convierten en deseos; preparará incluso un plan y lo pondrá en práctica. Hay pocos trastornos psicológicos que sean tan debilitadores y ninguno que produzca tanto sufrimiento como la depresión grave.

Tipos de estados depresivos y factores comunes

Consideraremos tres tipos de depresión agrupadas bajo la categoría de trastornos afectivos

 

 

Depresión reactiva o neurótica

Depresión endógena

Depresión orgánica

Las tres tienen en común los siguientes factores:

 

Humor depresivo

Pérdida de placer e interés

Inutilidad y culpabilidad

Baja autoestima

Incapacidad

Pensamientos suicidas

Ansiedad

Dificultades para pensar

Obsesiones y paranoia

Perturbación del sentido del tiempo

Despersonalización (en casos más graves pueden llegar a sentirse apartados de la realidad, como si simplemente fueran observadores sin participar emocionalmente)

Pérdida de energía

Lentitud y agitación

Trastornos del apetito y el peso

Problemas de sueño

Reducción de la líbido (falta de deseo en las mújeres)

Síntomas corporales (jaquecas, náuseas, dolores varios, calambres etc...)

Todos estos síntomas pueden o no estar presentes en la mujer deprimida, estos son un consenso de todos los observados a lo largo de la experiencia.

Para que puedas clasificarte dentro de uno de los tres tipos de depresión mencionados vamos a definirlos con más detalle.

Depresión reactiva

Las depresiones reactivas son las más comunes y del tipo que a todos nos es familiar. No presentan ciclos temporales regulares, por lo general no responden a las terapias físicas (fármacos) no se hallan geneticamente predispuestas y si responden a la terapia cognitivo-conductual.

Este tipo de depresión normalmente parece coincidir con un acontecimiento adverso de la vida, tal como la muerte de un ser querido, el divorcio, las desavenencias conyugales, los problemas económicos o los problemas de desempleo. El inicio de la depresión no tiene porqué ocurrir inmediatamente después del acontecimiento, sino, a veces al cabo de unas semanas o meses. La primera aparición se produce, normalmente en la vida adulta temprana y está caracterizada por sintomatología física y psicológica variada. Es un estado más benigno y no psicótico, aunque, hasta cierto punto, la recuperación se ve influida por factores de personalidad.

Depresión endógena

Este tipo de depresiones son una respuesta a algún proceso endógeno o interno desconocido. Estas depresiones no son desencadenadas por ningún acontecimiento externo; simplemente, se abalanzan sobre la persona afectada. Por lo general, presentan ciclos temporales regulares y pueden ser bipolares o unipolares. La bipolar recibe el nombre de maníaco-depresiva (el individuo pasa repetidamente de la desesperación a un estado de ánimo neutro, de aquí a un estado maníaco hiperactivo y superficialmente eufórico, para volver a la desesperación, pasando por el estado neutro). La unipolar consiste en una alternancia regular de desesperación y neutralidad, sin aparición de manía.

Las depresiones endógenas responden a menudo al tratamiento con fármacos y pueden tener un origen hormonal. También pueden hallarse geneticamente predispuestas (ej. si la madre es depresiva y el padre alcohólico es posible que el descendiente llegue a ser depresivo. Se ha dicho que en los hombres el alcoholismo es el equivalente de la depresión en las mujeres) y sus síntomas suelen ser más graves que los de las depresiones reactivas.

Depresión orgánica

Cuando se hace un diagnóstico de depresión es importante descartar las bases orgánicas, puesto que el efecto y la conducta depresiva están asociadas muchas veces a una lesión cerebral o a la acción de ciertos fármacos.

Formulaciones de la depresión en la psicoterapia conductual

Para el tratamiento de las depresiones más comunes, las reactivas, se han formulado tres teorías en la psicoterapia conductual.

Baja proporción de reforzamiento

Según Lewinsohn la depresión se debe a una baja proporción del reforzamiento positivo seguido de respuestas específicas, bien porque existen pocos acontecimientos reforzadores en el ambiente del paciente y porque éste no suele tener respuestas gratificantes (posiblemente por falta de habilidades sociales). Según él los síntomas cognitivos y verbales de la depresión son consecuencia de la ausencia de respuestas que crea esta pérdida de reforzamiento. Es decir, el individuo deja de hacer más esfuerzos para obtener los resultados deseados porque los anteriores fracasaron. La terapia se dirige a identificar fuentes potenciales de reforzamiento en el ambiente del paciente y a desarrollar métodos para aumentar su disponibilidad (entrenamiento en habilidades sociales).

Pérdida de control: indefensión aprendida

El defensor de esta teoría es Seligman y sugiere que una persona se deprime cuando cree que su conducta tiene poca o ninguna influencia sobre el resultado de los acontecimientos, es decir, no tiene ningún control. La terapéutica incluye:

 

 

Cambiar la posibilidad de acontecimientos porvocadores de depresión con cambios ambientales.

Reevaluar las metas y las normas del paciente para que se vuelva más realista y reducir la posibilidad de que insista en el fracaso (pueden utilizarse varios tipos de terapias cognitivas para ello).

Desarrollar espectativas de control, por ejemplo, resaltando la variedad de habilidades sociales y comunicativas relevantes del paciente, aumentando el repertorio de actividades generales de modo que existan más oportunidades de resultados positivos y proporcionar estrategias de autocontrol eficaces.

Modificar atributos poco realistas de los fracasos, resaltando las circunstancias que impiden el resultado deseado.

Modificar atributos poco realistas de éxito, resaltando las cualidades personales relevantes (fomento de la autoestima).

Distorsiones cognitivas

Postulado por Beck, sugiere que el estado depresivo surge de distorsiones cognitivas basadas en un conjunto de pensamientos negativos respecto a la visión del individuo de sí mismo, del mundo y del futuro. La terapia de dirige a la variedad creciente de actividades del paciente, identificando los pensamientos automáticos que siguen a la percepción de una dificultad, generando pensamientos alternativos (no depresivos) de índole más realista y adaptable, poniendo a prueba la credibilidad de estas alternativas y modificando los supuestos inadaptados que parecen caracterizar los pensamientos automáticos que conducen a las respuestas depresivas.

Depresión y suicidio

La enfermedad psiquiátrica con más riesgo de suicidio es la depresión (entre un 10 y un 15%). Los momentos de la enfermedad con más riesgo son cuando disminuye la inhibición y la melancolía (empiezan a mejorar) o cuando se inicia la depresión. Los tres síntomas de la depresión relacionados con el suicidio son:

 

 

Aumento del insomnio

Aumento del abandono del cuidado personal

Aumento del deterioro cognitivo

Existen varias opiniones sobre la significación de los síntomas psiquiátricos en el paciente suicida, aunque la mayoría de las revisiones nos indican que en una proporción del 70%, los intentos de suicidio presentan una condición depresiva que es fácil de reconocer. Los depresivos endógenos corren mayor riesgo que los depresivos reactivos, los intentos de suicidio son impulsivos, pueden decidirse una hora antes.

Los intentos de suicidio son especialmente comunes entre las mujeres menores de 35 años (más entre 15 y 24 años), los hombres lo hacen en edad más avanzada. Por clases sociales es más común en las más bajas, pero más efectivo entre las clases altas y grupos profesionales de alto estatus económico.

Factores asociados al riesgo de suicidio:

 

 

Mujeres menores de 35 años, hombres mayores de 40

Separación, divorcio o muerte del cónyuge

Pérdida inminente de un ser querido

La soledad y el aislamiento social

Problemas económicos, paro reciente o jubilación

Mala salud

Ocupación de alto estatus

Depresión (sobre todo endógena)

Enfermedad terminal

Problemas con alcohol y/o drogas

Anteriores intentos de suicidio

Historia previa de trastornos afectivos

Historia familiar de trastrornos afectivos, suicidio, alcoholismo

Indicios suicidas (avisos o conversaciones suicidas)

Preparativos (hacer testamento, seguros, nota suicida)

En general los pacientes suicidas están dispuestos a hablar de sus intenciones y para algunos la necesidad de desahogarse con alguien que les toma en serio es terapeuticamente positivo. Cuando existe la  posibilidad de suicidio se le debe animar a que hable de ello y procurar emplear tiempo en el futuro para seguir hablando del tema con lo cual se puede facilitar el ingreso temporal en una unidad psiquiátrica y/o proporcionar la ayuda necesaria para atenuar la circunstancias que provovan el intento suicida.

¿Cómo experimentan la depresión los latinos?

Los individuos de distintas culturas manifiestan síntomas de depresión de diferentes maneras. Además de cambios en su estado de ánimo, los latinos tienden a experimentar la depresión con dolores y malestares (como dolor de estómago, de espalda o de cabeza) que persisten a pesar del tratamiento médico. Los latinos a menudo describen la depresión como sentirse nerviosos o cansados. Otros síntomas incluyen: cambios en el sueño o en el apetito, inquietud o irritabilidad y dificultad en la concentración y la memoria.

 

 

"Ya no disfrutaba de las cosas como antes, y pensé que mis problemas para recordar palabras y nombres tenían que ver con mi edad. Me olvidaba dónde ponía las cosas, y me sentía como aturdida." -- Clara, 68

"Después de dar a luz a mi bebé, pensé que estaría feliz, pero me sentía cada vez peor. Estaba muy triste y me sentía culpable de no disfrutar de mi nuevo bebé. A pesar de que el doctor decía que no tenía nada, padecía de dolores de cabeza terribles que duraban horas . . . Lloraba por nada, y lo único que quería era dormir todo el día." -- Conchita, 30

"Después del accidente, no podía trabajar. Estaba preocupado porque no sabía cómo mantener a mi familia. Me irritaba y me enojaba con frecuencia y, a veces, bebía para relajarme. Dormir era difícil, y siempre estaba cansado. Sentía que no podía hacer nada bien y no me sentía bien conmigo mismo. Estaba avergonzado de pensar que necesitaba ayuda." -- Juan, 51

 ¿En qué se diferencian la depresión clínica y la tristeza?

Es normal sentir tristeza en ciertas situaciones de la vida. Dejar su país de origen y extrañar a la familia, la muerte de amigos o familiares, el divorcio, la pérdida de trabajo y hasta la pérdida de la salud pueden causar sentimientos de tristeza. Los inmigrantes pueden creer que la tristeza y el estrés son parte del traslado a un nuevo país. Si la tristeza o el estado de ánimo depresivo continúa por más de dos semanas, es posible que esté experimentando depresión clínica y debe buscar ayuda profesional.

La depresión clínica es una enfermedad médica tratable, igual que la diabetes o la tensión alta. Muchos creen erróneamente que la depresión es "normal" en personas mayores, adolescentes, madres primerizas, mujeres menopáusicas o en personas con enfermedades crónicas. La verdad es que la depresión clínica nunca es "normal," no importa la edad o situación de la vida.

Cualquiera que experimente síntomas depresivos debe ser diagnosticado y tratado.

¿Quiénes son propensos a sufrir de depresión clínica?

Sea usted de origen mejicano, puertorriqueño, cubano, centroamericano, o sea su familia procedente de Colombia, Panamá, la República Dominicana, o cualquier país de la América Latina, usted puede sufrir una depresión clínica. Personas de cualquier edad o nivel económico pueden experimentar la depresión clínica. La depresión causa pérdida del placer en la vida diaria, tensión en el trabajo y las relaciones, complica condiciones médicas, o incluso puede llevarle al suicidio.

¿Quiénes tienen un riesgo mayor de sufrir depresión?

Un historial familiar de depresión clínica aumenta el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Si alguien en su familia ha sufrido de depresión, las probabilidades de padecerla usted son altas. Sin embargo, la depresión clínica también puede ocurrir en personas que no tienen parientes con depresión.

Las mujeres padecen el doble de la tasa de depresión clínica que los hombres. Aunque las razones no son del todo claras, existen diferencias biológicas en las mujeres, como los cambios hormonales y la composición genética, que pueden contribuir a la depresión. Además, los factores sociales, como crecientes presiones en el trabajo, responsabilidades de la familia, las expectativas de la mujer, el incremento en el porcentaje de abuso sexual y la pobreza, aumenten la depresión clínica entre las mujeres.

La depresión clínica se junta con ciertas enfermedades, como el cáncer, la parálisis, las enfermedades del corazón, la enfermedad de Parkinson, la demencia de Alzheimer, y la diabetes. Por cierto, se debe informar a su médico sobre cualquier síntoma depresivo que se manifieste junto a otras enfermedades para tratar la depresión además de la enfermedad física.

Síntomas de la depresión clínica

No todos experimentan la depresión clínica de la misma manera; los síntomas varían según las personas. Revise la siguiente lista de síntomas y señale los que usted ha sentido. Consulte a su doctor o a un profesional de la salud mental, si experimenta CINCO o más de estos síntomas por un período mayor de dos semanas o si los síntomas son tan severos que interfieren en su vida diaria.

Lista de Síntomas

 

 

Estado de ánimo de tristeza, ansiedad o "vacío" persistentes
Dormir muy poco o dormir demasiado
Pérdida del apetito o de peso, o aumento del apetito y de peso
Pérdida del interés o placer en las actividades de que disfrutaba antes
Inquietud o irritabilidad
Síntomas físicos persistentes que no responden al tratamiento (como dolor de cabeza, dolor crónico, estreñimiento y otros desórdenes digestivos)
Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones
Fatiga o pérdida de energía
Sentimiento de culpa, desesperanza o inutilidad
Pensamientos sobre la muerte o el suicidio

¿Se puede tratar la depresión?

La depresión clínica es una de las enfermedades médicas más tratables. Más del 80 por ciento de las personas con depresión pueden recibir tratamiento con muy buenos resultados, mediante medicamentos, psicoterapia o la combinación de ambos. Solamente un profesional de la salud calificado puede diagnosticar la depresión clínica y mientras más pronto comience el tratamiento más eficaz será.

Algunas personas se sienten avergonzadas de buscar ayuda y se niegan a hablar sobre asuntos tan personales con un extraño. Otras creen que la depresión desaparecerá por sí misma, o aun peor, que la gente pensará que están perdiendo el juicio. Tales puntos de vista son erróneos. Hay quienes se dan al alcohol o a las drogas para conseguir alivio, práctica que sólo puede agravar la depresión.

 

 

 "Aunque fue difícil al principio hablar con alguien que no conocía, mi terapeuta no me criticó, me escuchó y entendió mi situación. confié en él, de modo que cuando sugirió que probara los medicamentos para ayudarme a dormir, sentirme menos cansado y menos inquieto, pensé que debía hacerlo. Luego de un mes de terapia y de tomar medicamentos, sentí esperanza de nuevo. Me siento como antes y mi familia está aliviada y contenta con los resultados del tratamiento." -- Juan, 51

 ¿Cómo funcionan los medicamentos y la psicoterapia?

La forma más común de tratar la depresión clínica es con medicación antidepresiva, psicoterapia o la combinación de ambas. Los antidepresivos no forman hábito, no cambian su personalidad y le ayudarán a tener un mejor estado de ánimo, apetito, y sus patrones de sueño volverán a la normalidad. Los antidepresivos restauran el equilibrio químico normal en las partes del cerebro que gobiernan las emociones.

En la mayoría de los casos, la depresión puede tratarse de modo ambulatorio. Pueden pasar entre una y ocho semanas antes de que se note alguna mejora. Los efectos secundarios (sueño, estreñimiento o boca seca) son pasajeros y, por lo general, desaparecen después de dos semanas.

Es importante que tome los medicamentos tal como están recetados. Comuníquese regularmente con su doctor sobre cómo se siente. Si está bajo tratamiento por cualquier otro problema médico, asegúrese de que todas las personas que lo traten estén enteradas de los medicamentos que toma. El tipo y la dosis se receta específicamente para usted, tomando en cuenta sus síntomas, edad y peso.

La psicoterapia incluye tratamiento individual, familiar o de grupo. Los psicólogos clínicos, psiquiatras, trabajadores sociales o consejeros están adiestrados para entender y ayudarle a manejar mejor sus problemas.

 

 

"Después de casi cinco semanas de iniciar la terapia de grupo y la medicación, ¡qué sorpresa!, mejoró mi concentración y memoria. Otras cosas también mejoraron, sentí el cuerpo más liviano y más fuerte, y lleno de ánimo." -- Clara, 68

¿Cuál es el primer paso para obtener ayuda?

El primer paso es hablar con alguien en quien confía: un pastor, consejero escolar o su médico de familia, para obtener información sobre los recursos en su comunidad. Consulte la lista de recursos al final de este folleto para mayor información sobre el tratamiento de la depresión.

¿Cómo pagar el tratamiento?

Si tiene un seguro privado o un plan de una organización del cuidado de la salud (HMO), los costos del tratamiento pueden estar cubiertos. Si no cuenta con un seguro o no puede pagar un tratamiento, su comunidad tiene centros de salud mental financiados con fondos públicos y otros programas que cobran de acuerdo con lo que usted pueda pagar. Si usted o su familia depende de la asistencia pública, su plan Medicaid probablemente cubre los gastos del tratamiento. Póngase en contacto con la Asociación de la Salud Mental local para que le ayuden a encontrar un programa de salud mental en su comunidad.

¿Qué otras cosas pueden ayudarme en mi tratamiento?

Hablar con seres queridos puede proveer el apoyo necesario cuando se está pasando por momentos difíciles en la vida. Su pastor o los miembros de la iglesia son una gran fuente de apoyo y de optimismo, y pueden referirle a un profesional de la salud mental en su comunidad. Hay que tener muy presente que, para los que sufren de depresión clínica, este apoyo no sustituye la atención de un profesional de la salud. Así como la diabetes y la tensión alta merecen atención médica, la depresión clínica es una enfermedad médica seria que requiere del tratamiento ofrecido por un proveedor de salud mental calificado.

Las hierbas y otras medicinas no tradicionales pueden ayudar a combatir la depresión; sin embargo, es importante que un profesional de la salud mental le evalúe, si sospecha que padece de depresión. Informe a su doctor puntualmente de todos los tratamientos en que esté participando.

Los miembros de la familia o amigos de confianza pueden tomar parte activa en el tratamiento, lo cual incluye enterarse de la manera en que pueden participar y apoyar al afectado miembro de la familia a fin de impedir una recaída.

 

 

"Mi fe me ayudó a abrigar esperanzas y a buscar tratamiento. ‘Ayúdate que yo te ayudaré', dice Dios, y yo lo creo. Busqué el tratamiento médico adecuado y asistí a todas mis citas, tomé las medicinas con regularidad y las cosas mejoraron considerablemente. Le dije al doctor acerca de las vitaminas y otros medicamentos que estaba tomando. Los cambios en mi estilo de vida también ayudaron. Camino todos los días y tomo el sol por la mañana." -- Yvette, 24

¡Usted puede disfrutar de la vida nuevamente! Reconociendo los síntomas de la enfermedad y sometiéndose a tratamiento, seguramente logrará vencer la depresión clínica.

Cuando la depresión toca tu puerta

Durante muchos años te has sentido contento y animado. Has sido muy concienzudo en el trabajo y te has preocupado por tu familia, haciendo muchas cosas en común con los demás. Has tenido muy pocas dolencias físicas. Pero, ahora, algo ha cambiado. Ves que te comportas de modo diferente. La gente que te conocen te dicen: "No eres el mismo. ¿Que te pasa?.

Encuentras difícil levantarte de la cama por la mañana; si tienes algunas responsabilidades con respecto a otros miembros de la familia no tomas mucho interés en ellas. Te has vuelto indeciso y aun olvidadizo. Parece que cuesta concentrarte. No tienes ganas de reír, la comida parece haber perdido el sabor, y la actividad sexual no tiene atractivo. Es como si te estuvieras encerrando dentro de ti mismo, no te gusta que los familiares o los amigos te digan nada; y no quieres hablar por teléfono ni asistir a reuniones de carácter social, que antes te gustaban tanto. Empiezas a cortar el contacto con los demás.

Es posible que tengas dificultades para dormirte, o bien te despiertas por la noche y te vas revolviendo por la cama hasta que amanece, molestado por pensamientos sombríos y negativos. O bien te pasas durmiendo 16 horas al día, o te duermes durante el día con frecuencia. No importa lo que duermas, siempre te sientes agotado. Tus ideas parecen sombrías. Es como si no hubiera manera de salir de las presentes circunstancias. tienes la impresión que nadie se interesa por ti y tú tampoco te interesas en nadie. Todo pensamiento animado y positivo ha desaparecido. Es como si hubiera una nube negra encima de tu cabeza y te estuviera siguiendo por todas partes. Es posible que hayas notado algunos cambios físicos. Tienes molestias o dolores vagos; puedes creer que tienes alguna enfermedad seria.

Hay muchas otras indicaciones, pero si estás experimentando los síntomas descritos (o los has experimentado alguna vez), puedes tener idea de que estás (o estabas) deprimido. Si nunca has experimentado ninguna depresión (y esto es mas bien raro) recuerda que la depresión es penosa para el que la experimenta y, a veces, también para los que rodean a la persona afligida por ella.

¿Cuán comunes son las depresiones?

No esta solo, lea las siguientes estadisticas.

* Algun tipo de depresión afecta a más de 17.5 millones de norteamericanos cada año (¡no incluye el resto del mundo!).

* Más de 1 en cada 5 norteamericanos padecerán de alguna depresión durante su vida.

* Casi un tercio de todos los casos no son tratados.

* La depresión puede afectar a cualquier persona, aunque las mujeres son afectadas el doble que los hombres.

La depresión afecta a la mayoría en un punto u otro de la vida. Nadie es inmune a ella. Algunos la experimentarán sólo en una forma liviana, mientras que otros se hunden en la desesperación. Aún la Biblia refleja en algunos de sus Salmos profundos sentimientos aflictivos que experimentaron sus autores:

"Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu."(Salmo 34)

"Oh Señor, Dios de mi salvación, día y noche clamo delante de ti. Llegue mi oración a tu presencia; inclina tu oído a mi clamor. Porque mi alma está saturada de males, y mi vida está al borde de la tumba. Soy contado entre los que descienden al sepulcro; soy como hombre sin fuerza, abandonado entre los muertos, como los pasados a espada que yacen en el sepulcro, se quienes no te acuerdas ya, y que fueron arrebatados de tu mano." (Salmo 88:1-5).

Los escritores de tiempos antiguos describían la depresión como melancolía. La primera descrición clínica de la melancoia fue hecha por Hipócrates en el siglo IV a.C. Hipócrates se refirió también a los ciclos similares de la manía y la depresión. (Jellife, 1921).

Areteo, un médico que vivió en el siglo II d.C., describe al paciente melancólico como: "triste, abatido, sin sueño...Adelgaza por su estado de agitación y pérdida de sueño reparador...En un estado más adelantado se quejan de mil fruslerías y desean la muerte."

Plutarco, en el siglo II d.C., presenta una descripción particularmente vívida y detallada de la melancolía:

El enfermo parece un hombre a quien odian y persiguen los dioses con ira. El el futuro le espera mucho peor; no se atreve a emplear ningún medio para evitar o remediar el mal para que no se halle que está luchando contra los dioses. El médico, el amigo que quiere consolar son ahuyentados. "Dejadme - dice el desgraciado -, soy un impío, maldito, odiado por los dioses, sufro el castigo que me corresponde." Se sienta solo, aparte, envielto en saco o harapos. De vez en cuando se agita, medio desnudo, en el suelo, confesando un crimen u otro. Ha comido o bebido algo que no debía. Ha hecho algo que el Ser Divino desaprueba. Los festivales en honor de los dioses no le producen ningún placer sino mas bien temor. (citado por Zillborg, 1941.)

¿Quién sufre depresiones?

La depresión puede afectar a todo el mundo, los dos sexos, todas las edades, ricos y pobres. El hecho de que una persona este trinfando en la vida no leprotege contra las posibilidades de una depresión. Ni tampoco hay tipos especiales más propensos a la depresión que otros. Los artistas, las estrellas de cine, los políticos, gente con cargos públicos, actividades creativas y delicadas, celebridades, gente ambiciosa, son las personas que presentan más propensión a la depresión que otros. Pero estas personas son mas visibles que otros, y si la depresión se presenta en ellos, todo el mundo parece enterarse.

Otro tipo de persona que puede ser un poco más propenso a la depresión que otros, es el que no ha experimentado sino éxitos desde la infancia. El que nunca ha experimentado la derrota puede hundirse al primer contratiempo.

¿Son las mujeres más propensas a la depresion que los hombres? Las mujeres son tratadas por depresión dos o tres veces más frecuentemente que los hombres. Pero, esta evidencia se basa en visitas clínicas, y nuestra sociedad, de un modo tradicional, facilita que las mujeres admitan debilidades y problemas y busquen ayuda, mientras que insiste en que los hombres deben mantenerse estables y hacer buena cara al mal tiempo. Por desgracia, en nuestra cultura, a los hombres se les enseña a no admitir debilidad y no revelar sus sentimientos interiores. Es interesante notar que el numero de alcoholicos masculinos es superior al de las mujeres; y que el porcentaje de suicidios es tres veces más alto en los hombres que en las mujeres. Los hombres resuelven sus depresiones de modo distinto que las mujeres. 

¿En que consiste el estar deprimido?

Vamos a examinar en detalle en qué consiste el estar deprimido. A continuación, diez de las caracteristicas más comunes de la depresión:

1. La persona experimenta un sentimiento general de que no hay esperanza, no hay interés en el futuro, hay tristeza y apatía. Es un sentimiento de abatimiento general.

2. Cuando una persona está deprimida pierde la perspectiva. La vida, el empleo, la familia, todo se ve distinto cuando se está deprimido. Un enfermo dijo: "Hay una diferencia real entre estar preocupado o afligido y estar deprimido. Cuando mi esposa y yo tenemos alguna discusión, lo siento, no me gusta, pero es parte de la vida. Hacemos la paces muy pronto. Puede que me preoucupe, pero cuando voy a la cama puedo dormir, y todavia estoy animado. Pero cuando estoy deprimido es algo distinto. Duele todo el cuerpo, es como si estuviera enfermo físicamente. No puedo dormir cuado voy a la cama por la noche, y no puedo dormir en toda la noche. Aun cuando a veces tengo ánimos, este cambio de humor esta sobre mí casi cada día. Me hace ver distintas todas las cosas. Si tengo un altercado con mi conyugue, el matrimonio me parece sin futuro. Si temgo un problema en el negocio, al que normalmente reaccionaria con algo de tensión y contrariedad, pero que resolvería pronto y de modo apropiado, me siento un fracaso y un mal negociate, y estoy luchando con la confiansa en mi mismo en vez de hacerlo con los problemas que tengo delante."

3. La persona deprimida experimenta cambios en sus actividades físicas: comida, sueño, sexo. El interes sexual desaparece y algunos hombres son, en este período, impotentes. Esto refuerza su sentimiento de fuerza de valor. Una disminución del interes sexual debe llamar la atención sobre la posibilidad de una depresión. Algunos pierden interes en la comida, mientras otros comen en cantidades exageradas. Algunos se pasan el día durmiendo; otros no pueden dormir.

4. Hay una pérdida general de estimación propia. La persona se siente menos segura de sí misma y pone en duda su valor personal. La confianza propia está en un punto muy bajo.

5. Hay una tendencia a evitar a los demás debido a un temor sin fundamento de ser rechazado. Por desgracia, el comportamiento de una persona deprimida puede dar lugar a algo de rechazo por parte de los otros. La persona deprimida suprime sus actividades predilectas, no contesta por teléfono si le han dejado recado, busca maneras de evitar hablar o ver a los otros.

6. Hay el deseo de escapar de los problemas y aun de la misma vida. Hay ideas de marchar de casa y escaparse, asi como de evitar a los otros. Las ideas suicidas están presentes debido a la sensación de que la vida carece de valo o futuro.

7. Una persona deprimida es hipersensible a los que otros dicen o hacen. Puede interpretar mal las acciones o comentarios y se vuelve irritable debido a su percepción falsa de estas cosas. Con frecuencia llora fácilmente debido a estas falsas interpretaciones.

8. La persona tiene dificultades en controlar sus emociones, especialmente la ira. La ira puede ser dirigida contra uno mismo o contra otros. La ira contra uno mismo esta basada en los sentimientos de falta de valor y una falta de conocimiento de cómo resolver la si